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Sostenibilidad y Eco-vitivinicultura: prácticas responsables en la elaboración de vino en Castilla y León

Sostenibilidad

La práctica de la vitivinicultura no es una disciplina ajena a la implantación de las nuevas tendencias relativas a la sostenibilidad y la ecología. Toda ejecución orientada en este sentido promete ser garantía de respeto hacia el entorno, hacia los medios productivos, los recursos humanos y su medio y el ecosistema en su totalidad. Dicho con otras palabras, este cultivo sostenible pretende dar lugar a productos de alta calidad al tiempo que se minimiza el impacto ambiental y las consecuencias negativas derivadas de éste. Así, potenciando la salud del suelo y se generará una dinámica que propicie la continuidad de la producción y del bienestar de las gentes que procuran los cultivos.

Precisamente, los objetivos de estas prácticas persiguen regenerar los suelos, crear biodiversidad, reducir la desertización, producir alimentos saludables, mitigar la crisis climática y fomentar la viticultura sostenible.

La importancia de la sostenibilidad en la vitivinicultura

La vitivinicultura sostenible se enfoca en utilizar prácticas de cultivo tradicionales y respetuosas con el medio ambiente. Por ende, se busca generar las mejores uvas con la mayor protección del suelo, reduciendo residuos, energía y gasto de agua.

Algunas de las prácticas más comunes son el uso de técnicas de cultivo orgánico o biológico, el control de plagas y/o enfermedades, la conservación y protección de recursos como el agua y el suelo, la reducción de la huella de carbono y el fomento de la biodiversidad. Del mismo modo, se busca emplear los elementos necesarios en el momento necesario mediante el estudio minucioso de cada planta.

La importancia de esta forma de cultivo es relevante para el entorno, ya que la sostenibilidad en la viticultura no solo aportará mejoras en los vinos,  sino que de igual forma repercutirá en el desarrollo de las regiones asociadas a las diferentes Rutas del Vino.

Programas de sostenibilidad y vino en Castilla y León

Apostar por la sostenibilidad es uno de los pilares de las Rutas del Vino y de las diferentes Denominaciones de Origen del territorio castellanoleonés. Varias de las iniciativas promulgadas por entidades como la Unión Europea, los Fondos Next Generation, suponen importantes impulsos destinados a poner en marcha el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino en diferentes Rutas del Vino, como la de Ribera del Duero o Rueda, respectivamente.

Con este plan innovador en materia de sostenibilidad, la Ruta del Vino Ribera del Duero pretende convertirse en un destino maduro capaz de integrar mejoras de innovación, digitalización y sostenibilidad en su oferta de los recursos para reducir el impacto del turismo en la comarca. Del mismo modo, persigue promover un modelo alternativo de enoturismo dentro del marco del Club de Producto Rutas del Vino de España, en el que la excelencia turística se entienda desde su globalidad, no solo en el servicio más vinculado a la actividad enoturística sino en el impacto generado por el turismo en la comarca y sus recursos naturales.

Este modelo se fundamenta, precisamente, en la colaboración público-privada que desde la constitución de la Ruta del Vino Ribera del Duero en 2006 se ha mantenido, contribuyendo a un desarrollo socioeconómico rentable y sostenible, que genera empleo y sirve de palanca de freno para la migración y el afianzamiento de población.

Aterrizando aún más este patrón, los objetivos de esta herramienta se resumen en la implantación de un sistema de gobernanza más participativo y cohesionado, el afianzamiento de población, la capacitación a los profesionales y sensibilización hacia un turismo sostenible, la diversificación de los productos turísticos, la preservación de los recursos naturales, culturales y gastronómicos, la mejora de la conectividad y nuevas tecnologías turísticas, la reducción del impacto turístico en la comarca y la eliminación de la brecha de género, tan presente en los entornos rurales que conciernen en su mayoría al sector.

La Ruta del Vino de Rueda, por su parte, confía firmemente en el enoturismo como sinónimo de sostenibilidad. Esta iniciativa basa sus razones en cuestiones como la elección de destinos cercanos, la protección de la naturaleza, el respeto al entorno, el apoyo a las comunidades locales, las experiencias auténticas y sorprendentes, la creación de una conciencia y aprendizaje a todo este respecto, el acercamiento de la gastronomía y bienestar locales, la protección del patrimonio cultural, la conexión con la naturaleza, la creación de sinergias entre los principales actores del territorio y la firme apuesta de la opción de viaje como sinónimo de satisfacción personal.

Muchas son, por otro lado, las bodegas en Ribera del Duero que se han sumado también a este desarrollo sostenible poniendo en marcha nuevos proyectos que siguen esta línea. Cada vez son más conscientes de la huella que provoca el paso del hombre  por la tierra, tanto mayor como mayor es la repercusión del turismo.

Varias bodegas son ya energéticamente autosuficientes, conscientes del daño ecológico ocasionado por estas prácticas. Algunas cuentan con su propia forma de generar energía renovable, como presas o placas solares, y otras se centran en el uso de métodos tradicionales. En cualquier caso, toda esta actividad comienza desde el campo, cuidando los viñedos de forma sostenible con el medio ambiente.

ENOTURISMO Y SOSTENIBILIDAD

El enoturismo surge de la evolución del turismo de interior unido a zonas donde el viñedo y la producción del vino son una parte muy relevante. Esta forma de turismo ha de convivir con la población que vive en la zona, por lo que será preciso originar experiencias que enriquezcan tanto a habitantes como a visitantes.

La sostenibilidad de los ejes que hacen que el enoturismo pueda mantenerse en el tiempo es esencial para que este tipo de turismo continúe, bebiendo el uno del otro: la sostenibilidad mejora el enoturismo y el enoturismo fomenta la sostenibilidad. La finalidad en ambos casos es la misma: el enriquecimiento y desarrollo de la zona. El concepto de enoturismo sostenible es muy reciente: ya en el año 2014 se hablaba de este concepto, pero se ha estudiado que el consumo e interés por los productos orgánicos es alto y sigue aumentando, lo que supone una baza para fomentar un turismo alternativo y ligado a la preservación del med