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Explorando los paisajes vitivinícolas de Castilla y León: Enoturismo en acción

Paisaje vitivinicola

¿Qué es el enoturismo?

Desde hace varias décadas, la irrupción del enoturismo en el panorama turístico ha supuesto no solo un enriquecimiento en cuanto a opciones al respecto, sino una puesta en valor del entorno asociado a la cultura vitivinícola. Así, territorio, patrimonio, capital humano, gastronomía, naturaleza y folclore se suman a la oferta generada por las distintas iniciativas privadas que existen en torno al vino dando lugar a un paquete turístico casi imbatible, donde tienen cabida todos los perfiles de viajeros y un sinfín de actividades con el vino como epicentro.

Todas estas experiencias entran dentro del concepto ‘turismo slow’, una nueva forma de viajar exprimiendo cada territorio y viviéndolo paso a paso, sin mirar al reloj, impregnándose de la esencia de cada pueblo, cada bodega, cada sorbo de la copa de vino.

Castilla y León y los paisajes del vino

La cultura del vino en Castilla y León posiciona a esta región en un lugar privilegiado en términos enoturísticos. Tal es la cantidad y calidad de su oferta, que esta herramienta se presenta precisamente como el mayor reclamo turístico, al tiempo que es responsable del desarrollo de iniciativas que permiten descubrir la historia del territorio y degustar su gastronomía acompañada de los vinos de las diferentes Denominaciones de Origen.

Unas de las mencionadas iniciativas, la más destacada al respecto, es la creación de las diferentes Rutas del Vino de Castilla y León. Se trata de la opción más completa para descubrir todas las facetas de esta tierra con el vino como piedra angular, realizando diferentes tipologías de recorridos, actividades, pernoctaciones y degustaciones dando al visitante la posibilidad de vivir una experiencia completa alrededor del vino.

¿Qué podemos ver en las Rutas del Vino de Castilla y León?

Las Rutas del Vino de Castilla y León son nueve, siendo por orden de certificación las siguientes: Ribera del Duero, Bierzo, Rueda, Arlanza, Cigales, Sierra de Francia, Arribes del Duero, Toro y Zamora.

Todas ellas tienen como denominador común la comunidad autónoma a la que pertenecen, el río Duero como elemento vertebrador y el deseo de que el visitante estimule todos sus sentidos durante su estancia poniendo a su disposición todos sus recursos materiales e inmateriales.

MUSEOS DEL VINO

Son varios los centros de interpretación de la cultura vitivinícola que pueden encontrarse en las fronteras de Castilla y León. Estos espacios concentran historia, etnología y etnografía, tradiciones, procesos intrínsecos de elaboración de vino, nuevas tendencias y todo lo relativo a su producción desde una perspectiva global que tiene en cuenta a todos los actores implicados.

GASTRONOMíA

La despensa castellanoleonesa es tan amplia y rica como lo es el territorio que abarca la región, que tiene la suerte de posicionarse como la comunidad autónoma más extensa de la Unión Europea. Su producción agroalimentaria, compuesta por un sinfín de productos y elaboraciones típicas, presenta una riqueza y un bagaje inagotables que se mantienen en el tiempo conservando su receta original y, en ocasiones, sometidas a las técnicas más vanguardistas que deleitan los paladares más exigentes.

En este sentido, destacan los guisos y asados, los platos hechos con el grano que se cultiva en sus campos y los procedentes de la ganadería, ambas labores con vasta tradición en Castilla y León; igualmente destaca la comida conocida tiempo atrás como “de aprovechamiento” y que ahora alcanza una nueva dimensión incluso exclusiva.

Algunas de estas comidas típicas son las sopas -de ajo, pescado o castellana-, judiones de La Granja y del Barco de Ávila, cocido maragato, morcilla de diferentes zonas de la geografía regional, torreznos, cochinillo, quesos autóctonos, lechazo, botillo… y una amplia amalgama de postres que supondrán el mejor broche a todo este despliegue gustativo.

BODEGAS ELABORADORAS

Las bodegas de las distintas Denominaciones de Origen de Castilla y León han experimentado una auténtica revolución en diversos sentidos en las últimas décadas, una premisa que en ningún caso ha distorsionado su objetivo primigenio: elaborar, conservar y comercializar sus vinos siendo, al tiempo, una carta de presentación de la tierra que superar las fronteras de la región.

Concebidas como uno de los actores principales que dan sentido a la cultura vitivinícola, las bodegas han conseguido traspasar su propia línea de actuación: además de su labor productiva, muchas actúan como fuente de conocimiento, vanguardia arquitectónica o auténticos referentes en responsabilidad social corporativa gracias a sus propuestas de acción social. Toda una declaración de intenciones y una buena muestra de su versatilidad y su implicación con el tejido socioeconómico en el que se ubican.

BODEGAS TRADICIONALES

Lugar de elaboración y descanso del vino desde tiempos de los romanos, las bodegas tradicionales encuentran su mejor aliado en el subsuelo, la atmósfera perfecta para la conservación de este preciado producto. Las bodegas siempre han jugado un papel fundamental en la vida de los habitantes de las zonas elaboradoras de vino: epicentro del día a día, lugar de encuentro y patrimonio cultural que nos muestra la arquitectura de nuestros ancestros, así como su sabiduría y habilidad constructiva.

En este sentido, Castilla y León atesora varios conjuntos de bodegas tradicionales dignos de mención y visita. Uno de ellos es Fermoselle, capital de los Arribes del Duero, conocido como “el pueblo de las mil bodegas”. Este calificativo no está escogido al azar, ya que se trata de un municipio levantado sobre rocas de granito a su vez horadadas por una infinidad de bodegas-cueva, muchas de ellas visitables y activas en la actualidad, sede de reuniones familiares y de peñas, que las mantienen vivas cumpliendo su cometido original.

La localidad burgalesa de Moradillo de Roa, enmarcada en la Ribera del Duero, cuenta con una iniciativa de carácter vecinal que ha recuperado buena parte del barrio de bodegas subterráneas, dignificándolo y restaurándolo para poder adecuarlo a la llegada de visitantes. Se trata de “El Cotarro”, un conjunto etnográfico de 157 bodegas subterráneas -las más antiguas datan del siglo XV- y siete lagares-cueva disponibles para acoger a los viajeros y ofrecerles una experiencia sensorial que no les dejará indiferentes.

NATURALEZA Y RUTAS DE SENDERISMO

Castilla y León concentra una oferta de turismo activo y de naturaleza privilegiada a nivel nacional. La comunidad cuenta con ocho propuestas en la lista de paisajes culturales representativos de la diversidad del país, siendo estos: el paisaje agrario de la comarca de Sayago, las dehesas y casas-palacio de Ávila, las Médulas, las Salinas de Poza de la Sal, el Canal de Castilla, el conjunto histórico de Tiermes, las Batuecas y la sierra de Francia y el arte románico norte de la región.

Una de las fortalezas en este ámbito es el GR-14, un sendero de Gran Recorrido cuyo objetivo es seguir el curso fluvial del Duero desde Duruelo de la Sierra a hasta Oporto siguiendo la señalética repartida a lo largo de las provincias de Soria, Burgos, Valladolid, Salamanca y Zamora.

EVENTOS

Una buena experiencia enoturística es tan versátil como lo sean los gustos de cada viajero. El vino es un elemento que une a las personas y crea sinergias, por lo que su presencia en cualquier plan solo puede sumar vivencias y generar recuerdos.

Festivales de música, eventos deportivos desarrollados entre viñedos, paseos en bici por los campos de Castilla, ferias nacionales e internacionales de enoturismo, creación de espacios interactivos, ciclos musicales con catas sensoriales, espeleología, paseos en barco, concursos de tapas maridadas… son solo algunas de las propuestas que ofrece la región en este sentido. Uno de los principales eventos que se desarrollan en torno al vino es el festival Sonorama Ribera, en Aranda de Duero, cuyo patrocinador principal es la D.O. Ribera del Duero. Música, vino, gastronomía y diversas disciplinas artísticas se dan cita cada mes de agosto en la localidad burgalesa para disfrutar y hacer disfrutar a los miles de visitantes que se desplazan a vivir la experiencia.

PATRIMONIO

Diferentes pobladores han habitado en los territorios de Castilla y León a lo largo de la historia, generando una riqueza de patrimonio y una convivencia de estilos que pueden verse y disfrutarse a día de hoy.

La región cuenta con notables bienes de valor reconocido por la UNESCO, representativos del patrimonio materiales e inmateriales de la comunidad: la Catedral de Burgos, las ciudades de Segovia, Ávila y Salamanca, el Camino de Santiago, el monumento natural de Las Médulas, los yacimientos de Atapuerca o la Siega Verde, entre otros.